¿Cómo ha evolucionado el presupuesto de las universidades públicas en el último quinquenio?

Centro Liber accedió a Transparencia Económica para observar los cambios presupuestales de las universidades públicas del país. Entre los hallazgos encontrados, se detectó que el compromiso anual de gasto de las universidades ha tenido una caída en el 2022.

¿Cómo ha evolucionado el presupuesto de las universidades públicas en el último quinquenio?
24 de Junio del 2022    |    Por Centro Liber

El Perú cuenta con 51 universidades públicas distribuidas en diferentes regiones del país. Este año se les ha destinado S/ 5 480 millones como fondo presupuestario. Si bien se trata de una cifra importante, no todas las instituciones logran ejecutar el dinero que se les asigna. Esto último deriva en una serie de impedimentos en la mejora de la calidad educativa.

Entre construcciones de infraestructuras paralizadas, falta de plana docente y escasez de recursos tecnológicos, existe una lista amplia de requerimientos de las universidades públicas. Sin embargo, desde el año 2017, nueve instituciones superiores empeoraron año a año su capacidad de gasto.

Entre las instituciones con porcentajes menores al 50% en ejecución de gasto anual, se encuentra la Universidad Nacional Intercultural de Quillabamba (Cusco), que para el 2018 y 2019, ejecutó el 13% y 14% de su presupuesto respectivamente. Mientras que el 2021, ejecutó el 44%, aún por debajo de la media. Otras  universidades con cifras poco favorables son dos universidades de la región de Ancash.

Tanto la Universidad Nacional Santiago Antunez de Mayolo como la Universidad Nacional del Santa, ejecutaron el 42% de su gasto en el 2020. Para el 2021 el porcentaje estuvo rondando el 60%; no obstante, se trata de instituciones públicas cuyo crecimiento es inconstante. Con crecimientos temporales están también la Universidad Nacional de Barranca (Lima) y la Universidad Nacional Alcides Carrión (Cerro de Pasco).

Mientras que instituciones con fuertes caídas son la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo (Lambayeque),que si para el 2018 ejecutó un 81% de su presupuesto, para el 2021, gastó un 65%; la Universidad Nacional del Callao, que pasó de un 81% en el 2019, a un 65% en el 2021; la Universidad San Antonio Abad del Cusco, de un 79% en el 2010, a un 65% en el año 2021; y finalmente la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (Lima), de un 73% en el 2019, a un 66% en el 2021.

Sin embargo, existe una realidad más allá de las estadísticas. Así, el hecho de que los porcentajes de niveles de ejecución sean positivos no necesariamente significa una  eficacia en la ejecución de gastos. Daniel Mora, excongresista y promotor de la reforma universitaria, señaló que la mejora de las universidades no es palpable: “Se tiene que sospechar cuando hay eso [niveles de ejecución altos], porque la universidad pública no ha avanzado y sin embargo lo han gastado casi todo”, detalló.

Para Mora, la capacidad de gestión universitaria es baja. “Existe una incapacidad en la gestión sumado a que las autoridades se desesperan y empiezan a gastar los recursos en cualquier cosa, como antes no tenían control de la Contraloría,por ejemplo, nosotros encontramos cómo se repartían bonos, encontramos obras sobrevaloradas, compra de insumos de bajos precios para los laboratorios, en las públicas no hay ni jardines o pistas bien mantenidas ”, detalló.

¿Cómo van los avances en el 2022?

Estando cerca a mitad de año, ocho son las universidades que han ejecutado menos del 20% de su presupuesto. Encabezando la lista se encuentra la Universidad Nacional Diego Quispe Tito (Cusco) que ha utilizado apenas del 6% del dinero que le fue asignado. Le siguen la Universidad Nacional Intercultural de Quillabamba, la Universidad Autónoma Altoandina de Tarma, y la Universidad Nacional de Juliaca (Puno). Con un 11%, 13% y 16% respectivamente.

Además de la Universidad Nacional de Frontera (Piura), con un 14%; la Universidad Nacional de Cañete, con un 15%; la Universidad Ciro Alegría (La Libertad), con un 17%, y la Universidad Nacional de Tayacaja Daniel Hernandez Morillo (Huancavelica), con un 19%.

Evolución del presupuesto asignado

La mayoría de universidades públicas del país ha incrementado su presupuesto para el año 2022 respecto a los últimos cinco años. Mientras que otro grupo ha recibido hasta 10 millones menos en relación al año anterior. En este último grupo se encuentra la Universidad Nacional de Ingeniería (Lima), que recibió 283 millones de soles en el 2021 y 259 millones el año siguiente.

Casos parecidos son los de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), la Universidad Nacional del Altiplano (Puno); la Universidad Nacional de Cajamarca, la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, la Universidad Nacional de Tumbes, la Universidad Nacional Tecnológica del Cono sur de Lima y la Universidad Nacional de Juliaca.

Cabe precisar que pese al incremento o decremento del presupuesto, existe una realidad adversa. Hay muchos casos de universidades que han empezado una obra y nunca las han concluido, “por corrupción están paralizadas por años y pese a eso dicen haber gastado más de un 80%”, explica Daniel Mora, a quien le llama la atención las notables cifras presupuestales, acompañadas de sus niveles de ejecución, durante los años de pandemia: “¿En qué han gastado si muchas hasta ahora no están preparadas para volver al presencial? Si ha habido pandemia y no apenas funcionaban las universidades”.

Caída en el compromiso anual

Cada año las universidades nacionales fijan un mínimo de monto a gastar. Con respecto al año anterior, la mayoría de universidades ha reducido su compromiso anual hasta en un 60%. Así, tenemos a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que para el 2021 se comprometió a ejecutar 472 millones, pero en el 2022 la redujo a S/ 185 millones. Está también la Universidad Nacional de Ingeniería que redujo de S/ 276 millones a S/ 171 millones.

Además de la Universidad Nacional de Tumbes, la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac, la Universidad Nacional de Moquegua. la Universidad Nacional Autónoma del Alto Amazonas, la Universidad Nacional de Frontera, la Universidad Nacional José María Arguedas, seguida de un largo etcétera.

Sobre estas universidades poco conocidas, Mora explica que existen autoridades poco exigentes: “Hay universidades que vas a verlas y te caes de espaldas”. Es decir, aunque hubiera un incremento presupuestal, existe poca eficacia de gasto. “En muchos casos, los presupuestos que manejan son para hacer una gran universidad, la Contraloría debe intervenir para ver el uso de recursos de manera detallada”, concluyó Daniel Mora.

 
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